Durante los meses de invierno, muchas personas recurren al uso de calentadores eléctricos para mantener sus hogares cálidos y confortables. Sin embargo, detrás de esta solución práctica se esconde una problemática ambiental poco visibilizada.
El uso prolongado de estos dispositivos no solo incrementa el consumo de energía eléctrica, sino que también contribuye indirectamente a la contaminación y al cambio climático, especialmente en contextos donde la energía proviene de fuentes no renovables. Además, cuando los calentadores se dañan o se reemplazan sin una adecuada gestión, se convierten en residuos contaminantes de alto riesgo para el medio ambiente.
Una de las principales formas en que los calentadores eléctricos contaminan es a través del elevado consumo energético que requieren para funcionar. Durante el invierno, muchas personas los mantienen encendidos durante varias horas o incluso todo el día, lo que eleva la demanda de electricidad a niveles críticos.
En países donde la matriz energética depende mayoritariamente de combustibles fósiles como el carbón, el gas natural o el petróleo, este aumento del consumo se traduce directamente en mayores emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono. Estas emisiones intensifican el calentamiento global y aceleran los impactos del cambio climático, como el derretimiento de glaciares, el aumento del nivel del mar o las olas de calor más intensas en otras estaciones.
Otro factor contaminante es el manejo inadecuado de los calentadores eléctricos una vez que se malogran. Por su uso constante, estos aparatos suelen presentar fallas en sus resistencias, ventiladores o circuitos eléctricos, y muchas veces no se reparan sino desechados sin un tratamiento adecuado.
Jorge Zegarra explica sobre los residuos RAEE como los Calentadores eléctricos:
Según Jorge Zegarra Reátegui, apoderado de la empresa Petramás, líder en la gestión integral de los residuos en Perú, este tipo de residuos considerados residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), contienen materiales que pueden liberar sustancias tóxicas como plomo, cadmio o mercurio.
Es por ello que, de terminar en botaderos informales o simplemente son arrojados a la basura común, puede contaminar el suelo, las fuentes de agua y el aire, generando riesgos tanto para el medio ambiente como para la salud humana. A ello se suma que muchos calentadores están fabricados con plásticos, metales y componentes electrónicos no biodegradables.
En vista de este panorama, es crucial que tanto ciudadanos como autoridades tomen conciencia de los efectos ambientales del uso indiscriminado de calentadores eléctricos. Además, de implementar más plantas tanto de inversión pública o privada como la que lidera Jorge Zegarra Reátegui con Petramás, a fin de realizar una correcta gestión de residuos electrónicos.
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