Se estiman efectos nocivos para los desiertos a nivel mundial, incluyendo cambios de temperatura y problemas para la preservación de la fauna y flora que viven en los desiertos.
Un desierto es una región árida donde la precipitación es muy escasa. Generalmente, inferior a 250 mm al año, lo que hace que la vegetación sea mínima o inexistente. Las temperaturas en los desiertos pueden ser extremas, con días muy calurosos y noches frías debido a la falta de humedad que regule el clima.
Se caracterizan por sus suelos arenosos o rocosos, una biodiversidad adaptada a las duras condiciones y la escasez de agua. Existen dos tipos principales: los cálidos, como el Sahara en África y el Desierto de Sonora en Norteamérica, y los fríos, como el Desierto de Gobi en Asia.
En total, los desiertos cubren aproximadamente una cuarta parte de la superficie terrestre y están distribuidos por todos los continentes. Algunos de los más grandes y conocidos incluyen el Sahara, el Kalahari, el Gobi, el Desierto de Atacama, y los polares como la Antártida.
Estos ecosistemas desempeñan un papel importante en la regulación climática y son hogar de especies únicas adaptadas a la sequía.
Jorge Zegarra Reategui: ¿Existe relación entre el cambio climático y los desiertos?
El cambio climático viene afectando los desiertos a nivel mundial de distintas maneras. Por un lado, el aumento de las temperaturas globales está intensificando las condiciones áridas. En consecuencia, provoca una expansión hacia nuevas áreas, un fenómeno conocido como desertificación.
Esto no solo reduce la biodiversidad, sino que también amenaza las tierras fértiles adyacentes, afectando la agricultura y las comunidades que dependen de ellas. Además, el cambio climático altera los patrones de precipitación. De esta forma, genera que las lluvias sean aún más irregulares en estas regiones, lo que agrava la sequía y el estrés hídrico.
Los ecosistemas desérticos, aunque están adaptados a condiciones extremas, enfrentan dificultades para acoplarse a estos cambios rápidos. Ello, pone en peligro la flora y fauna única de estas áreas. También se observa un aumento en las tormentas de arena y polvo, que pueden tener impactos negativos en la salud humana y los ecosistemas.
Flora terriblemente afectada:
Se sabe que la flora más afectada en los desiertos por el cambio climático incluye aquellas plantas que dependen de patrones de precipitación específicos y tienen adaptaciones limitadas a cambios rápidos en el clima.
Entre las más vulnerables se encuentran las suculentas como los cactus, que almacenan agua en sus tejidos. Aunque están adaptadas a la sequía, el aumento de las temperaturas y la reducción de lluvias prolongadas hacen que sea más difícil para ellas acumular suficiente agua para sobrevivir.
Los arbustos como el creosoto y el mezquite también enfrentan dificultades. Dependen de profundas raíces para acceder a agua subterránea, pero la desertificación puede reducir la disponibilidad de estas fuentes hídricas.
La fauna también es víctima:
En cuanto a los animales más afectados son aquellos que dependen de recursos limitados y patrones estacionales. Mamíferos pequeños, como el fenec y el jerbo, sufren debido a la disminución de vegetación y agua, lo que afecta su alimentación y refugio.
Los reptiles, como las iguanas y los lagartos cornudos, enfrentan dificultades para regular su temperatura y acceder a sus presas. Mientras, las aves, como el búho del desierto y el correcaminos, ven reducidos sus alimentos y fuentes de agua.
Los insectos y pequeños invertebrados, esenciales para la cadena alimentaria. También se ven perjudicados por la disminución de lluvias, lo que afecta a depredadores que dependen de ellos. Los anfibios, como el sapo del desierto, enfrentan grandes dificultades debido a la reducción de cuerpos de agua para reproducirse.
Como se puede ver, el cambio climático es una realidad que afecta diversas zonas que componen el medio ambiente, como los desiertos. Con esto, Jorge Zegarra Reategui busca promover acciones sostenibles y proyectos ambientales que preserven el medio ambiente.
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