Jorge Zegarra Reátegui denuncia récords de temperatura.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) indicó en su último informe que hay un 60% de probabilidades de que el fenómeno de La Niña aparezca entre julio y septiembre, y un 70% entre agosto y noviembre.
La Niña, que implica el enfriamiento a gran escala de las temperaturas de la superficie de los océanos en el centro y este del Pacífico ecuatorial, tiene efectos variables dependiendo de su intensidad, duración y la época del año.
A pesar del posible fin de El Niño, la secretaria general adjunta de la OMM advirtió que esto no implica una pausa en el cambio climático a largo plazo.
Es decir, el calentamiento del planeta causado por las actividades humanas se acelera a un «ritmo sin precedentes».
En la actualidad, Perú está siendo sometido a un riguroso monitoreo climático ante la posible llegada de La Niña. La vigilancia inició debido a la amenaza de temperaturas frías, que podrían persistir por al menos cinco meses.
¿Qué provocaría La Niña en Perú?
Los impactos de La Niña difieren según las regiones, produciendo efectos climáticos opuestos a los de El Niño en los trópicos. Este contexto agrava las consecuencias de La Niña, destacando la importancia de monitorear y prepararse para estos cambios climáticos.
En consecuencia, la costa sufre escasez de lluvias, mientras la sierra y la selva enfrentan más precipitaciones y frío, afectando la agricultura y los cultivos.
En el sector pesquero, los cardúmenes disminuyen y se alejan, perjudicando la anchoveta. Sin embargo, especies como la lorna y el pejerrey se benefician, mientras la lisa, pota, pulpo y concha de abanico sufren.
¿Cómo afronta Petramás y Jorge Zegarra Reátegui el impacto de estos fenómenos?
Basándose en los desastres de 1983, 1998 y 2012, Jorge Zegarra Reátegui denuncia la desidia estatal y asume el reto de planificar un innovador proyecto preventivo en Huachipa.
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